Y como todo llega a su
fin la Semana de la Alta Costura de Paris no iba a ser menos por muy llena de
dioses que se encuentre.
El broche de oro a esta cita
ineludible lo puso este año ni más ni menos que Valentino, con una colección
llena de contrastes en la que se contraponen románticos vestidos rosas y
malvas, con sobrios trajes negros, azules y morados.
Para esta colección la
casa italiana se inspiró en la pintura del simbolista Gustave Moreau.
Por un lado, propone
vestidos largos negros y morados, con capas y sin vuelo. Y por otra, una línea
mucho más romántica con abrigos y vestidos bordados, con detalles en pedrería y
en colores más alegres como el rosa, el malva o incluso el amarillo.
Por supuesto los nuevos
diseñadores de la maison: Maria
Grazia Chiuri y Pierpaolo Piccioli no podían renunciar al rojo Valentino, una de esas cosas casi tan eternas como el Little
black dress, símbolo de elegancia, y que aparece en esta colección, como casi siempre,
en los trajes de noche.
Optan pues los nuevos
modistos de Valentino por los hombros redondeados, la manga larga, escasos
escotes y una cintura marcada pero (a diferencia de Elie Saab o Versace) no
demasiado.
Como decía, se pudieron
ver muchos brocados de aspecto vintage y
estampados de flores otoñales (viva el estampado!).
También como en el
desfile de Armani, fueron numerosos los pantalones, esta vez combinados con
abrigos de línea redonda.
Para complementar los looks, tanto de día como de noche, son
indispensables las capas.
Para la noche, con trajes
con paillatines a los que confieren
un toque de glamour vintage.
Y en el front row, como no podía ser de otra
manera, multitud de celebrities.
Nicky Hilton.
Kim Kardashian y su nuevo
novio.
Olivia Palermo y su
guapísimo novio el modelo alemán Johannes Huebl.
La it girl francesa Clémence Poésy.
Anna Dello Russo, que no se perdió ni un solo desfile.
Qué decir de este desfile
de Valentino! Que me gustó mucho, que se nota que los nuevos diseñadores ya
están dándole su toque a las colecciones sin perder el encanto y romanticismo
propios de la casa. Que me gusta lo clásico de Valentino, lo eterno de sus
diseños y punto.
A fin de cuentas, y para
hacer resumen de lo visto, todos los diseñadores que pasaron por Paris vienen a
proponer lo mismo: looks con un aire
años 50, pantalones, brocados de flores de aspecto vintage, cinturas marcadas, transparencias, escotes muy poco
pronunciados para el día y atrevidos para noche y apenas se ponen de acuerdo
sobre los colores. De todos modos no vamos a engañarnos, porque aquí los que
marcan las tendencias, lo que se va a llevar en la calle el próximo
otoño-invierno, son Anna Wintour y los empleados de Amancio Ortega, así que qué
más da lo que diga yo, lo que arriesgue Gaultier o las mariposas en la boca de
Giambattista Valli!
En fin, esta Fashion Week ya llegó a su fin, con un
balance bastante positivo debo decir, pero tranquilos porque la de Londres está
cada vez más cerca y a mí ya se me ha afilado la pluma (o el teclado).
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