Millones de flores de
distintos colores adornaban las paredes de la sala. Símbolos de una nueva
primavera, de una nueva época de
esplendor, de otra dinastía: la de Raf Simons nuevo director creativo de
la maison francesa tras el despido
del carismático y controvertido John Galliano. Y que mejor oportunidad para el
debut de un nuevo emperador que la semana de la Haute Couture de Paris.
El sustituto de Galliano
(de momento le llamaremos sólo el sustituto, todavía no está a la altura de su
predecesor) expuso una colección donde reinventó los clásicos de Dior.
El diseñador belga
propone cinturas muy definidas, pecho muy estructurado, caderas pronunciadas y
el largo perfecto: justo debajo de la rodilla.
Al igual que en la
colección de Versace, uno de los detalles que más me gustó fueron los zapatos:
volviendo a los míticos de puntera afilada.
Para Raf Simons los
colores predominantes en el próximo otoño-invierno son el negro y azul noche,
contrapuestos a colores fluor y tonos
pastel.
Como homenaje a Christian
Dior, Raf recuperó algunas de las líneas carateristicas y míticas de la firma,
pero reinterpretándolas de forma que se adaptasen a las modas actuales, algo
que ya había intentado la marca en su anterior colección sin Galliano y a la
espera de un nuevo capitán, cuando la marca parecía navegar sin rumbo fijo.
Algo imprescindible: el
negro.
Una de las apuestas más
aplaudidas fue la combinación de pantalones rectos piratas con cuerpos
encorsetados con bajo évasée.
Una tendencia que ya es
seña de la casa: diseños con estampados diferentes en la parte de delante y en
la de atrás (atentas a este detalle que apenas se aprecia).
Se vio también mucho rosa
palo y mucho rojo.
Otra de las tendencias
por las que apuesta Raf Simons son los estampados degradé.
En el front row se pudo
ver a multitud de celebrities.
Charlenne de Mónaco.
Natalia Vodianova y su novio.
Donatella Versace y su hija.
Sharon Stone, cada día más joven.
Marian Cotillard, una de las invitadas más guapas. Me encanta el vestido.
Olivia Palermo.
Mi amado Marc Jacobs (siempre vestido a su manera).
Anna Wintour y su primera ayudante (quién fuera ayudante).
Yo, sinceramente, no me
esperaba gran cosa de este desfile, y Raf Simons me sorprendió para bien. Sí, es
verdad que le queda mucho hasta darle su toque personal a la firma francesa más
tradicional y puede incluso que no lo consiga, el tiempo dirá. En cualquier
caso hay que señalar que lejos de fracasar acertó y mucho con la reinterpretación
que hizo de los clásicos, porque recordemos que algo que no puede hacer es
pretender cambiar el estilo de la casa Dior, uno se adapta a él.
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