Maria Grazia y Pierpaolo
Piccioli, directores creativos de Valentino, sorprendieron con una nueva
colección mucho menos romántica de lo habitual y con música de El Exorcista
de fondo. Valentino apuesta por un otoño-invierno de aire oriental y barroco
con estampados animal y de inspiración religiosa.
Ha sido un desfile de
contrastes. Hemos visto looks monocolor que contrastaban con el barroquismo de
otras propuestas.
Han triunfado los
patrones sencillos, de aire años 50, que favorecen la figura de la mujer,
destacando la silueta de “reloj de arena”. Al igual que Chanel ayer, Valentino
apuesta por una mujer sin encorsetamientos, con vestidos cómodos.
Pudimos ver sofisticados
looks de fiesta confeccionados con materiales como raso o terciopelo y con
recargados estampados. También apuestan por prendas para el día, mucho más neutras y confeccionados con
materiales más rudos y resistentes en colores más oscuros (marrón, gris…)
y sin estampados.
Los colores que
protagonizaron la colección fueron los grises, los marrones, el beige, el negro
y, por supuesto, el rojo Valentino (aunque en menos cantidad de lo habitual).
Otro de los protagonistas
del desfile fueron las capas, que se presentan como prenda independiente o como
parte de vestidos de fiesta o de cóctel.
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