El príncipe Guillaume y Stephanie de Lannoy.
Nos la anunciaron como la
boda del año y sin duda cumplió con las expectativas. Una ceremonia romántica,
con los sentimientos a flor de piel, glamorosa y de cuento de hadas. Muchos
medios apuntaron que incluso superó la boda de los Duques de Cambridge, eso ya
es a gusto del consumidor, para mí fue igual de increíble de la del príncipe
británico solo que sin dama de honor hot.
Las celebraciones en
honor al casamiento de los ya herederos al Gran Ducado de Luxemburgo comenzaron
el pasado viernes con la boda civil y una magnífica cena de gala donde se
reunieron los representantes de las distintas casas reales.
Para la boda civil, que
se celebró en el ayuntamiento de Luxemburgo, la novia escogió un traje de tweed
de Chanel, demasiado de señorona para su edad. A mí la verdad es que esta chica
no me gusta demasiado, estilísticamente hablando, me da la impresión de que
sufre lo que yo denomino: SPP (síndrome de la princesa principiante). Esto es
algo que le pasó a absolutamente todas las princesas plebeyas (bueno, ella
proviene de una de las familias nobles más antiguas de Bélgica) en sus inicios,
quieren estar tan elegantes y perfectas que pecan de recatadas y aburridas, con
diseños más propios de sus suegras. Luego con el paso de los años van cogiendo
confianza… y nos enseñan como es su verdadero estilo (véase a la princesa
Letizia: que pasó de compartir armario con la Reina Sofía a mezclar cuero y
lentejuelas en un concierto de Luz Casal).
Pero volviendo al look de
Stephanie en la boda civil, tampoco me convencieron para nada los complementos
que escogió: zapatos y bolso de Chanel en plateado.
Después de la boda civil,
llegó el plato fuerte del día: una majestuosa cena de gala en el palacio real. Los invitados: representantes de prácticamente todas las casas reales
europeas. Y como siempre en este tipo de eventos lo más importante son: los
looks de las invitadas. Estas son algunas de las que más destacaron por su elegancia...o por sus inadecuados estilismos...
Empezamos con Máxima de
Holanda, la argentina es una de mis princesas favoritas, pero es que esta vez
no me gustó nada de nada. Su vestido es uno de esos que: o lo amas o lo odias,
no hay término medio. Y yo soy de los segundos. El vestido que lució la
princesa era del diseñador Jan Taminiau, el traje en si no es tan sumamente
espantoso…lo que realmente estropea el look es esa especie de bolero que no hay
por donde cogerlo. ¡No se en que estaría pensando Máxima a la hora de elegir
modelito!
Mette-Marit de Noruega
tampoco me gustó demasiado con este diseño de Emilio Pucci, no me acaba de
convencer el contraste de un rojo tan…Valentino (con permiso de Pucci) con su
tono de piel y con su color de pelo.
Mi favorita de la noche
fue Marie-Chantal de Grecia con una creación de Elie Saab (que en esta boda
quedó claro que no solo es uno de los diseñadores favoritos de las celebrities si no que también lo es de
las princesas). A mi me encanto no solo el vestido, que parece realmente de una
princesa, si no que las joyas que escogió Marie-Chantal le quedan perfectas.
Y como no, la princesa
Carolina de Mónaco lució un magnífico Chanel muy en su línia habitual.
Para la cena de gala
Stephanie escogió un diseño de Elie Saab (el que ya es su diseñador de
cabecera) al igual que su suegra la Gran Duquesa de Luxemburgo. Uno de los
momentos más emocionantes de las celebraciones fue el discurso del padre del
novio, dónde aludía a la madre de la novia (que murió el pasado mes de agosto).
¡Y por fin llegó el día
de la gran boda! Los invitados llegaron empezaron a llegar a la catedral
cruzando una impresionante alfombra roja sobre la que hubo más decepciones que
aciertos.
La verdad es que si hay
algo en lo que esta boda me falló, fue en los looks de las invitadas. Por una
vez, en una royal wedding debo decir
que las princesas europeas no estaban inspiradas…unas pecaron de sosas y otras
de atrevidas.
Empezamos por nuestra
representación: la princesa Letizia. ¿Haber si adivináis de quién era su look?
Si, su vestido es de Felipe Varela! ¿De quién más podía ser? La princesa es una
incondicional del diseñador y habitualmente le funciona, pero esta vez…a pesar
de que muchos alabaron la elegancia de Letizia, a mí no me gusta nada, me
parece una sosilla, demasiado malva. Lo único que se salva del look es la
pamela.
Una de las más elegantes:
Carolina de Mónaco con un Chanel en color camel y con pedrería.
Continuamos con Mary de
Dinamarca. Elegante, discreta pero correcta. Así definiría yo el look de la
princesa danesa. El color del vestido, que además es de silueta peplum el último grito, me encanta y el
sombrero también.
La verdad es que esta no
fue una de las mejores bodas para Máxima de Holanda. La princesa lució un traje
bicolor en gris y amarillo apagado, pero sin duda los más impresionante de su
look fue el impresionante tocado de plumas de Fabienne Delevigne. A mi no me
gustó demasiado Máxima, me parece que en esta boda quiso arriesgar demasiado…
La orgullosa madre del
novio fue una de las más coloridas del día, con un vestido-abrigo en color salmón
con un tocado tipo casquete en el mismo color y un impresionante broche.
Más invitados:
Y el vestido más
importante e impresionante fue el de la novia, una verdadera joya de Elie Saab.
Un diseño con una cola de 5 metros, 80.000 cristales, 90 metros de encaje y más
de diez mil metros de hilo plateado. La tiara de la novia es la de la familia
Lannoy. Stephanie decidió llevar el anillo de compromiso de su madre junto al
suyo. Los pendientes eran los mismos que lució en su día la Gran Duquesa en su
boda.
Ahora os dejo las mejores
imágenes de una boda que ya forma parte de la historia y que cierra un ciclo en
la monarquía europea, ya que es la última boda de un heredero. Tendremos que
esperar bastantes años hasta volver a vernos en la boda de un futuro rey o
reina europeos.
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